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¿Cúanto se Tarda en Aprender?

Tiempo medio de aprendizaje del ser humano

El proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla en un contexto social y cultural. Es el resultado de procesos cognitivos individuales a través de los que se asimilan y también interiorizan nuevas informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se edifican nuevas representaciones mentales significativas y funcionales (conocimientos), que entonces se pueden aplicar en situaciones diferentes a los contextos donde se aprendieron.
 
Aprender no únicamente consiste en memorizar información, es preciso asimismo otras operaciones cognitivas que implican: conocer, entender, aplicar, examinar, sintetizar y valorar.
 

 
La educación, siendo una modificación de comportamiento coartado por las experiencias, acarrea un cambio en la estructura física del cerebro.
 
Estas experiencias se relacionan con la memoria, moldeando el cerebro creando de este modo variabilidad entre los individuos.
 
Es el resultado de la interacción compleja y continua entre 3 sistemas: el sistema cariñoso, cuyo correlato neurofisiológico corresponde al área prefrontal del cerebro; el sistema cognitivo, conformado primordialmente por el llamado circuito PTO (parieto-temporo-occipital) y el sistema expresivo, relacionado con las áreas de función ejecutiva, articulación de lenguaje y homúnculo motor entre otras muchas.
 
Nos damos cuenta que la educación se da cuando observamos que hay un auténtico cambio de conducta.
 
De esta manera, ante cualquier estímulo ambiental o bien experiencia asociado cultural (que involucre la realidad en sus dimensiones física, sicológica o bien abstracta) frente la que las estructuras mentales de un humano resulten deficientes para darle sentido y en consecuencia las habilidades práxicas no le dejen actuar de forma adaptativa a este respecto, el cerebro humano en un inicio efectúa una serie de operaciones cariñosas (valorar, proyectar y optar), cuya función es contrastar la información recibida con las estructuras anteriormente existentes en el sujeto, generándose: interés (curiosidad por saber de esto); expectativa (por saber qué sucedería si supiese a este respecto); sentido (determinar la relevancia o bien necesidad de un nuevo aprendizaje). En últimas, se consigue la predisposición atencional del sujeto.